Ciencia y Filosofía

Ciencia y Filosofía
Ciencia y Filosofía

sábado, 17 de agosto de 2013

Introducción

Si la ciencia es la constelación de hechos, teorías y métodos reunidos en los libros de texto actuales, entonces los científicos son hombres que, obteniendo o no buenos resultados, se han esforzado en contribuir con alguno que otro elemento a esa constelación particular. El desarrollo científico se conviene en el proceso gradual mediante el que esos conceptos han sido añadidos, solos y en combinación, al caudal creciente de la técnica y de los conocimientos científicos, y la historia de la ciencia se convierte en una disciplina que relata y registra esos incrementos sucesivos y los obstáculos que han inhibido su acumulación. Al interesarse por el desarrollo científico, el historiador parece entonces tener dos tareas principales. Por una parte, debe determinar por qué hombre y en qué momento fue descubierto o inventado cada hecho, ley o teoría científica contemporánea. Por otra, debe describir y explicar él conjunto de errores, mitos y supersticiones que impidieron una acumulación más rápida de los componentes del caudal científico moderno. Muchas investigaciones han sido encaminadas hacia estos fines y todavía hay algunas que lo son.

Sin embargo, durante los últimos años, unos cuantos historiadores de la ciencia han descubierto que les es cada vez más difícil desempeñar las funciones que el concepto del desarrollo por acumulación les asigna. Como narradores de un proceso en incremento, descubren que las investigaciones adicionales hacen que resulte más difícil, no más sencillo, el responder a preguntas tales como: ¿Cuándo se descubrió el oxigeno? ¿Quién concibió primeramente la conservación de la energía?.

Quizá la ciencia no se desarrolla por medio de la acumulación de descubrimientos e inventos individuales. Simultáneamente, esos mismos historiadores se enfrentan a dificultades cada vez mayores para distinguir el componente "científico" de las observaciones pasadas, y las creencias de lo que sus predecesores se apresuraron a tachar de "error" o "superstición". Cuanto más cuidadosamente estudian, por ejemplo, la dinámica aristotélica, la química flogística o la termodinámica calórica, tanto más seguros se sienten de que esas antiguas visiones corrientes de la naturaleza, en conjunto, no son ni menos científicos, ni más el producto de la idiosincrasia humana, que las actuales. Si esas creencias anticuadas deben denominarse mitos, entonces éstos se pueden producir por medio de los mismos tipos de métodos y ser respaldados por los mismos tipos de razones que conducen, en la actualidad, al conocimiento científico. Por otra parte, si debemos considerarlos como ciencia, entonces ésta habrá incluido conjuntos de creencias absolutamente incompatibles con las que tenemos en la actualidad. Entre esas posibilidades, el historiador debe escoger la última de ellas. En principio, las teorías anticuadas no dejan de ser científicas por el hecho de que hayan sido descartadas. Sin embargo, dicha opción hace difícil poder considerar el desarrollo científico como un proceso de acumulación.

La investigación histórica misma que muestra las dificultades para aislar inventos y descubrimientos individuales proporciona bases para abrigar dudas profundas sobre el proceso de acumulación, por medio del que se creía que habían surgido esas contribuciones individuales a la ciencia.

Biografía


Thomas Samuel Kuhn nació el 18 de julio de 1922 Cincinnati (USA), fue un destacado epistemólogo y filósofo estadounidense. Obtuvo el grado de Ph.D en física por la Universidad Harvard en 1949. Fue profesor en la Universidad de Princeton y desde 1979 en Massachusets.

Influido por el pensamiento de historiadores como Koyré o filósofos como Quine, consideró que el estudio histórico es necesario para entender cómo se han desarrollado las teorías científicas y para conocer por qué en ciertos momentos unas teorías han sido aceptadas antes que otras.

Para Kuhn, la ciencia es elaborada en el seno de una comunidad científica y no individualmente; la comunidad sirve de base a los desarrollos científicos mediante la elaboración o asunción de un paradigma del cual se derivan reglas que fijan las regularidades. El paradigma es un contexto de validez respecto al cual la investigación procede en una forma similar a la solución de acertijos. Cuando un paradigma ha sido establecido por el colectivo de científicos al que sirve, los fundamentos del mismo nunca son puestos en duda.

Sin embargo, y dado que los paradigmas pierden validez históricamente, Kuhn explica que cuando se multiplican las anomalías (cuando son más los casos en que no se da lo previsto que aquellos en los que sí se cumple) hasta el punto de que ya no se las puede obviar, el paradigma queda inservible de modo que se hace necesaria una nueva forma de validez. La naturaleza del conocimiento científico tal y como queda descrito por Kuhn hace comprensible el hecho de que en determinados momentos históricos coexistan dos o más paradigmas.

Autor fundamental de la moderna filosofía de la ciencia, y uno de los primeros en analizar la lógica del descubrimiento científico basándose en su dimensión sociólogica y psicológica, muchas escuelas partidarias del relativismo cultural han querido apropiarse de sus ideas, pese al rechazo de Kuhn hacia dicha doctrina. Su pensamiento quedó plasmado fundamentalmente en la obra: La estructura de las revoluciones científicas (1962).

Las revoluciones científicas de Thomas Kuhn

LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS:

 UN CAMBIO EN LA VISIÓN DEL MUNDO


Cuando la Ciencia Normal fracasa en su propósito de dar solución a los Enigmas y a sus problemas tradicionales, sobreviene un período de inseguridad profesional que, agravado por la aparición de la Anomalía, se convertirá en una verdadera crisis paradigmática. En estas circunstancias son muchos los científicos que abandonan su disciplina incapaz de soportar ese estado de desordenada confusión.

 Poco duraría la ciencia si no fuera por esos científicos, los más jóvenes y creativos, tolerantes del derrumbamiento científico, que, embistiendo con una teoría nueva, edificarán y ordenarán una nueva tradición científica.   Esa lucha que Kuhn denominó tensión esencial, acabará con el paradigma anterior.
La teoría kuhniana del cambio científico ocupa un sitio estratégico en la transformación que sufrió la filosofía de la ciencia a partir de los años sesenta. Este físico y filósofo norteamericano introdujo en el análisis epistemológico el aporte de otras disciplinas como la historia, la sociología y la psicología. La ciencia es presentada por Kuhn como una estructura cognoscitiva dinámica que surge y se desarrolla dentro de un contexto histórico-social, un paradigma, constituido por un conjunto de valores cognitivos que dependen de la comunidad científica. Esta propuesta, casi desde su origen, se tomó como una clara confrontación a las convicciones filosóficas del positivismo lógico y el racionalismo crítico, abriendo el debate epistemológico que dominó la filosofía de la ciencia durante la segunda mitad del siglo XX.

La naturaleza de las revoluciones científicas

Kuhn compara el carácter revolucionario de la ciencia con las revoluciones políticas. Durante las revoluciones políticas, la sociedad no reconoce ninguna estructura institucional como capaz de poner fin al conflicto, y en estas circunstancias las mismas estructuras en competencia deben acudir a la persuasión de las masas, e incluso a la fuerza para conseguir el dominio. La posición de Kuhn encierra una importante crítica al cientificismo, que considera la ciencia como el único medio para alcanzar la verdad definitiva acerca del mundo. Sin embargo, para poder afirmar la incapacidad de la ciencia de alcanzar la verdad absoluta sobre el mundo real, Kuhn elimina la natural aspiración de la ciencia a alcanzar un conocimiento objetivo del mundo, sacrificando de esta manera el carácter teleológico y finalista del conocimiento científico. Bajo esta perspectiva se niega a la investigación científica su carácter gnoseológico fuerte, y se la deja en un nivel puramente instrumental o pragmático.
Kuhn presenta la ciencia como una estructura cognoscitiva elaborada por una comunidad de especialistas en la que interactúan teoría y experiencia dentro de un marco histórico-sociológico amplio, en el que se forja la experiencia, a la vez que construye la ciencia. Pero este análisis se queda en el plano socio-psicológico sin llegar a establecer un status ontológico, lo que da lugar a que se la interprete como una especie de subjetivismo comunitario, que impide hablar de la ciencia como de un modo de conocimiento objetivo.
La teoría kuhniana y en concreto su noción de inconmensurabilidad ha dado lugar a una serie de preguntas, que han orientado el debate epistemológico contemporáneo, dando un nuevo impulso a las discusiones sobre el realismo científico. Esta tesis no sólo ha obligado a repensar los problemas metodológicos de contrastación y elección de teorías, sino que ha contribuido a renovar la reflexión sobre la racionalidad científica, alimentando también otra gran línea de cuestiones filosóficas sobre la ciencia: los problemas ontológicos y semánticos. De allí que la inconmensurabilidad se haya convertido.

http://es.scribd.com/doc/161474837/Las-Revoluciones-Cientificas-Articulo

Aportes de Thomas Kuhn


Los estudios de Thomas Kuhn están guiados por la concepción de la ciencia como una actividad humana, en la que las implicaciones culturales e institucionales influyen en las decisiones que los científicos (de las ciencias exactas) toman para definirse en la marco de un cuerpo teórico y conceptual definido (paradigma) en un momento histórico determinado. En la perspectiva de Kuhn, una disciplina científica pasa por etapas que la llevan desde una preciencia, una crisis científica, una ciencia normal  hasta su edad madura, desarrollada, consensual, paradigmática que es una revolución científica para llevarla a una ciencia extraordinaria. El principal aporte de Kuhn a la Teoría del Conocimiento Moderno, y como la última gran revolución científica, es su distinción entre ciencia normal y revolución científica. El distingue dos fases diferentes de desarrollo científico. En un primer momento, hay un amplio consenso en la comunidad científica sobre cómo explotar los avances conseguidos en el pasado ante los problemas existentes, creándose así soluciones universales que Kuhn llamaba "paradigmas". En un segundo momento, se buscan nuevas teorías y herramientas de investigación conforme las anteriores dejan de funcionar con eficacia.

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Paradigma e Inconmensurabilidad

De acuerdo con Kuhn, los logros de una teoría integrada al paradigma dominante en períodos de ciencia normal son acumulados e integrados en los libros de texto que se utilizan para entrenar a las nuevas generaciones de científicos en los problemas y soluciones legítimas del paradigma. En general, los logros que constituyen la teoría que caracteriza los períodos de ciencia normal carecen de precedentes, esto es, son originales y novedosos y, además, son logros abiertos en el sentido de que presentan y permiten la existencia de enigmas y acertijos que deben resolverse en el futuro.
La característica más importante de la ciencia normal es la existencia de un "paradigma, debe ser concebido como un logro, es decir, como una forma nueva y aceptada de resolver un problema en la ciencia, que más tarde es utilizada como modelo para la investigación y la formación de una teoría.
El cambio de un paradigma por otro, a través de una resolución, no ocurre debido a que el nuevo paradigma responde mejor las preguntas que el viejo. Ocurre más bien, debido a que la teoría antigua se muestra cada vez más incapaz de resolver las anomalías que se le presentan, y la comunidad de científicos la abandona por otra a través de lo que el mismo Kuhn ha denominado switch gestaltico.Las revoluciones ocurren porque un nuevo logro o paradigma presenta nuevas formas de ver las cosas, crean de con ello nuevos métodos de análisis y nuevos problemas a qué dedicarse.

La Estructura de las Revoluciones Científicas